lunes, 24 de febrero de 2014

Pinturas rupestres de Fresnedo. PR-AS 158.

Los abrigos rupestres tienen su punto de partida en una pequeña área recreativa ubicada 300m antes de llegar al pueblo tevergano de Fresnedo.


En un principio la ascensión está bien delimitada mientras ganamos metros al monte.


Pero el camino se trasforma en un mar de piedra donde tomamos como referencia una espinera solitaria hasta localizar en la leganía, el primer poste indicador del abrigo de la Cochantoria.


El acceso al abrigo es un tanto complicado utilizando para la bajada una cuerda anclada a las rocas. El vértigo o el orbayu pueden jugar alguna mala pasada pues para llegar al refugio debemos deslizarnos por una gran roca inclinada frente al barranco.


Las representaciones más abundantes son los grupos de puntos y figuras en "V".


Se intuye una figura humana y varios cápridos diseñados de forma esquematizada.


Sin duda la figura más representativa del abrigo es un cáprido mirando hacia la izquierda con una gran cornamenta recta, la barba es representada por dos líneas paralelas y la cola por otra línea levantada. Tiene una agrupación de puntos mas otro alargado.

                          

El abrigo de la Cochantoria es el único que conserva las pinturas en el techo. Todas en tonos rojos.


Apenas 10m por debajo existe otro refugio sin pinturas pero merece la pena bajar para deleitarse con las vistas del desfiladero de la Estrechura.


Volvemos sobre nuestros pasos al mar rocoso calizo, localizamos el poste que nos indica continuar subiendo hasta una zona de plantones autóctonos, varias espineras y un gran roble presidiendo.


Hay multitud de tramos donde el trazado es impreciso, por eso, debemos de estar pendientes de los puntos de referencia, postes y marcas en la roca.


Todos los abrigos están situados en la margen oriental del desfiladero de la Estrechura, al sur del pueblo de Fresnedo, en la ladera occidental de Sierra Sobia.


Este trecho se llanea por la ladera pero decidimos visitar otro refugio sobre el desfiladero fuera de la ruta.


Recordemos que las pinturas de los abrigos naturales de Fresnedo fueron descubiertas en 1968 por un cabrero.


Este abrigo, ni está en la ruta, ni sus pinturas están protejidas, ni tan siquiera  tienen algún valor,  pero la panorámica lo merece...



Volvemos a la senda oficial y en apenas 200m a nuestra izquierda descubrimos el abrigo Del Paso.


Este abrigo nos muestra todas las pinturas de color rojo representando de forma escalonada un rebaño de cápridos.


Aquí, destacamos un cáprido mirando hacia la derecha, el cual entre sus patas traseras presenta una línea vertical no unida al cuerpo pero se piensa es una diferenciación sexual.


Frente al abrigo se encuentra el poste arrancado que nos señala los dos abrigos restantes, optamos por el camino de la izquierda subiendo un nuevo repecho.


Una vez subida esta cota admiramos la Foz de Estrechura surcado por el río Teverga y el Ferreirúa al fondo.


Descendemos hacia el abrigo de Trechacueva, etapa final de la ruta aunque nosotros dejamos para el último el abrigo del Ganado.


Destacar las figuras humanas con brazos en asa deterioradas y una figura femenina muy esquematizada.


Figura femenina de tipo cruciforme en la que el tocado es representado por una pequeña línea horizontal con un punto encima. Su sexo es determinado por el círculo inferior.

 

Volvemos hasta el cruce marcado por el poste tirado y cogemos el ramal de la derecha.



Otra cuerda fijada a la roca nos ayudará a descender al abrigo del Ganado, el mayor de todos.


En el abrigo encontramos figuras antropomorfas, símbolos astrales, representaciones humanas e incluso un ídolo.


La cronología de las pinturas de los abrigos resulta difícil de establecer. La pintura esquemática está ligada al origen de las insculturas situándolas posiblemente en la Edad de Bronce medio.



Conviene destacar tres cápridos que miran hacia la derecha. El primero con las extremidades delanteras unidas en "W" para dar sensación de grandeza. Justo debajo otra figura pintada en color negro, delante otro cáprido similar al negro.


Al lado de este abrigo existe otro conocido por la Gran Cueva de más de 35m de largo por 20m de alto.


Se especula con la posibilidad de un yacimiento arqueológico al ser el único abrigo no solo utilizado como lugar de culto a diferencia de sus hermanos.


El descubrimiento de estas pinturas es de una importancia enorme tanto por el número de figuras como por la situación geográfica.


La trashumancia de los pueblos prehistóricos en busca de mejores condiciones climatológicas, alimentarias y ganaderas se refleja en este caso.


En las pinturas de los abrigos se definen dos etapas estilísticas. Una primera fase de abstracción y notable esquematismo casi único en la Península Ibérica.


Una segunda fase dedicada a figuras humanas deteniéndose en detalles como atributos sexuales, tocados, penachos y actitudes como lanzar un disco o empuñar una espada.



La vuelta comparte el mismo recorrido que la ida con un rápido descenso por el terreno rocoso.



Es una excursión muy didáctica a la vez que entretenida pese a lo escarpado del terreno que dificulta su realización.



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