domingo, 4 de agosto de 2013

Monsacro.


La zona que visitamos en esta ocasión es la Sierra del Monsacro en el concejo de Morcín. Existen varios caminos para subir, como el del este por el collado de Viapará pero nosotros lo haremos por el sur desde Los Llanos para descender por la cara norte a la Collá.


Llegamos al pueblo Los Llanos (590m), el principal problema es aparcar el coche sin molestar pues en la plazoleta hay pintada una raqueta para que los camiones y furgonetas puedan dar la vuelta. Llenamos las cantimploras en la fuente "La Pimpana" y comenzamos...


Cogemos una pista hormigonada a la izquierda pero si tenemos dudas un singular letrero nos dirige. En pocos metros salimos del pueblo, donde tenemos que cruzar una portilla con una cuadra a nuestra izquierda : La Mozqueta.

  

El camino es una ancha pista terrera que asciende en zig-zag denominada "El Cintu", perderse es imposible.

 

Los pasos del viacrucis demasiado exuberantes y las enormes torretas eléctricas rompen la armonía estética.


El Monsacro es un vocablo derivado del latín "Monten Sacrum", en España hay otros montes con similares nombres como Sacro Monte/Granada, Monte Sacro/La Coruña, Mozafro/Santander, Monsacro/Salamanca.


La montaña tiene un carácter sagrado desde el origen de los tiempos, considerada un Axis Mundi universal desde la edad megalítica hasta nuestros días con todo su rebosante fanatismo católico.


Dialogando sobre estos temas nos encontramos con una charca para el ganado y al fondo la "Revuelta del Texu" (810m), donde las burras pueden moscar a su sombra. En semejante montaña no puede faltar nuestro más totémico árbol como guardián sagrado incrustado en la roca.

   

Apenas unos cien metros más arriba llegamos  a la Collá Entrepuertes (835m), donde numeroso ganado equino y vacuno sale a nuestro paso.


La vaca asturiana de los valles se explota en régimen extensivo para la producción de carne, su capacidad de cría y docilidad hacen de ella desde tiempos inmemoriales un rasgo calificativo de nuestro paisaje.


A nuestra derecha dejamos La Granda, bajando hacia la vaguada donde después de pasar por delante de un bebedero a los pocos metros llegamos a una charca artificial para las ganaderías : Vega del Pozo (805m).


Un último repecho, la pista está bien marcada y los viacrucis continúan indicando el camino hacia las capillas del  Monsacro.

  

Mientras alcanzamos el último collao antes de ver las capillas miramos a nuestra espalda para distinguir Soto de Rivera y Oviedo, a nuestra izquierda el picu La Granda.


En el  final del repecho decidimos subir unos metros a nuestra izquierda al picu Villa Toposa (910m) para descubrir sus vistas.


Volvemos  a la pista, desde aquí ya vemos la Capilla de Santiago pero haciendo caso omiso subimos al pequeño picu de nuestra derecha coronado por una torreta eléctrica : Collau la Torreta (890m). La panorámica desde aquí es sencillamente espectacular.


Volvemos sobre nuestros pasos, siempre a la izquierda  del Mayau de las Capilles, para ascender al Picu Mirueyu en dirección de La Fayona.


Continuamos cresteando por la parte sur del Monsacro hasta alcanzar La Fayona (1020m) con una panorámica formidable hacia el Aramo y Riosa.

  

De peña en peña, cruzando por la Horcá la Muezca sobre un terreno abrupto con muchas pozas tapadas por la vegetación resultando un poco peligroso el andar por aquí llegamos al Cuitu Romiru.

   

Tras el repecho de este último pico nos encontramos los restos de un mojón geodésico, una placa colocada por el grupo de montaña  El Civilu nos indica que estamos en el Picu Monsacro conocido antaño por Cuitu Romiru (1054m).
 
 

Las panorámicas son impactantes con unos cortados infartantes y balcón de lujo hacia la Sierra del Aramo.

 

Ahora nuestro punto de referencia es el Mayau de las Capillas, avanzando hacia el norte bajando con tiento. Cuenta la leyenda  que un mozo observó a un toro mugiendo y cavando un pozo en el interior de la Ermita d´Arriba rodeado de una luz resplandeciente. Allí apareció una virgen negra con un niño en brazos que se la entregó al cura que a su vez  la trasladó a la Capilla d´Abajo. La imagen desapareció volviendo aparecer en la Ermita d´Arriba, el cura la vuelve a colocar en la Capilla d´Abajo pero misteriosamente vuelve a desaparecer y vuelve aparecer en la Ermita d´Arriba. El cura culpa al mozo de tan vandálico acto y le encadena pero el milagro vuelve a ocurrir hasta que el cura se convence y deja la imagen donde deseaba.


En nuestro descenso la primera capilla en encontrarnos es la de "Nuestra Señora del Monsacro", llamada también "Capilla de Santiago" o "Ermita d´Arriba"  supuestamente del siglo XIII. Está dedicada a Santa Catalina y Santiago.


La Capilla de Santiago posee una curiosa planta octogonal, los tres lados del sur son mayores que los tres lados del norte, siendo a su vez menores que los otros dos que dan acceso al prebisterio. Esta desigualdad se justifica por estar construida en una ligera pendiente y deber soportar el peso de su cubierta abovedada.



Adosado al octógono se encuentra el ábside semicircular que es de construcción posterior, enfrente hay una ventana de medio punto. En la parte sur, en un lateral se encuentra la "Casa o Cueva del ermitaño" de planta trapezoidal, es más antigua que el ábside.



La Capilla en su parte exterior se refuerza con contrafuertes. Como curiosidad decir que dentro del ábside existen restos de pinturas muy deterioradas representando la Capilla d´Abajo y citando la advocación a Magdalena. La cúpula de la capilla lo forman unos arcos ojivales con unos nervios que se unen en el centro donde aparece dibujada una cruz roja. A su vez, en el prebisterio han aparecido restos de grabados. En el lado sur existe un altar antiguo románico, a sus pies un agujero, es el conocido como el "Pozo de Santo Toribio", fue tradición para los peregrinos recoger tierra de ese pozo por sus cualidades sanatorias y milagrosas, curando los problemas bucodentales  a quien masticaba esa tierra mágica.

 

Bajo un arco de medio punto se accede a una parcela y grieta natural donde se encuentra la "Cueva del Ermitaño", lugar de custodia del arca y sus reliquias. Esto da pie a la teoría de la existencia de un guardián o guardianes que protegían las reliquias una vez les fueron entregadas por Pelayo o Santo Toribio según versión. Un documento de Fernando II de León  su hermana Doña Urraca, dona las tierras del Monsacro a un enigmático personaje jerarca de una orden monástica allí asentada : "tibi, frate Rodericus Sebastianiz".



Según las leyendas, en Jerusalén en el siglo V, el patriarca Juvenal entrega a Toribio las reliquias pues se le aparece un ángel que le anuncia la inminente invasión musulmana. Santo Toribio de Astorga oculta las reliquias en un arca y viaja a Europa desembarcando en Luarca y según el "Brevario Asturicense Antiguo" refugió el gran tesoro cristiano, tras un duro ascenso, en la cima del Monte Sacro, levantando una capilla. Allí permanecerán custodiadas las reliquias hasta que Alfonso II las bajase a la iglesia construida para tal fin dedicada al arcángel San Gabriel, actual Cámara Santa.


Otra versión nos habla de la derrota de Don Rodrigo rey de los godos  en la batalla de Guadalete y la invasión árabe de la Península. Es entonces cuando el noble Pelayo que había peregrinado a Jerusalén, nieto de Recesvinto, hijo de Favila y guardia personal de Don Rodrigo, recibe del obispo Urbano en Toledo las sagradas reliquias para su salvaguarda  en las tierras del norte que conoce pues nació en Cosgaya. Cuando las tropas moras llegan al norte las reliquias han sido escondidas y custodiadas en Monsacro. Allí permanecerán hasta que Alfonso II las reclama para su nueva iglesia edificada en Oviedo en honor al arcángel San Gabriel.


Una vez visitada la Capilla de Santiago, descendemos por el  Mayau de les Capilles directamente hacia la "Capilla de la Magdalena" o "Capilla d´Abajo" que bajo la advocación de Santa Mª Magdalena fue construida en el siglo XII.


Su estilo es románico tardío, con nave rectangular y ábside semicircular en la cabecera. Sus paredes son de piedra accediendo por la cara sur tras pasar por un arco de medio punto. En el interior aún resisten parte de los murales del siglo XV. La imagen está mutilada como consecuencia de un robo por eso luce una inscripción bajo ella : "Vosotros sois mis manos y mis pies".



Jose Mª González encontró una necrópolis precristiana con cuatro tumbas y un hacha perteneciente a este ajuar. También se encontró una estela romana con referencias hacia la "Gens Abilocorum". Todo esto unido a la búsqueda del dolmen o túmulo dolménico que se presupone estaba enterrado en el Pozo Toríbio, (recordemos San Toríbio es el "patrón"  de dichos monumentos prehistóricos), nos hace suponer que ya desde muy antiguo se adorase este enclave telúrico. Podemos osar decir que incluso se adorase a una divinidad como Lug durante el periodo de La Tenne, remontándonos al siglo IV a. C., buscando la cercanía al cielo en sus inhumaciones. 

 

Es hora de descender y lo vamos haremos por el camino de la cara norte. Antes recogemos el "cardo mágico" planta sagrada, símbolo solar, posee cualidades curativas tanto para el hombre como para el ganado y  es un perfecto repelente de los malos espíritus :
"Si vas a la Magdalena
cuando vengas tráeme un cardu;
a tí sírvete de alivio
y a mi dasme un regalo".


Comenzamos el descenso por un zigzagueante camino donde no pasa desapercibido una roca  llamada la "Silla del Obispo" en la cual se dice se sentó para descansar Santo Toríbio.


  

Este camino es conocido por el "Camino de la Llorera", está perfectamente definido aunque las torretas eléctricas nos pueden servir de guías.

 

En nuestro rápido descenso hacia el pueblo de La Collá (400m) el sendero se ensancha entrando en un bosque y traspasamos una portilla hasta llegar a la población.

 

Entramos en el pueblo de La Collá por la carretera  y en la primera curva cerrada a la derecha  cogeremos un camino que sale por detrás de una casa hacia "la veiga de la Collá".



Llegados a esta altura podemos perdernos pero recordaremos ir siempre por los caminos de la derecha hacia arriba en un suave ascenso sin perder de vista el "Collado de la Antena".



Después de cruzar un bosquecillo de avellanos el sendero en un duro repecho en zig-zag nos acerca al repetidor del Collado de la antena (540m). Las vistas desde aquí  hacia La Foz o Peña Manteca son formidables recompensado el esfuerzo realizado.


 

Una vez en la otra vertiente el sendero se ensancha en un fácil descenso llegando en pocos minutos a Otura (500m), población protejida contra los paredones verticales del Canto la Sierra (915m).



Atravesamos Otura por sus calles hormigonadas para buscar la carretera MO-4 que en un último esfuerzo nos conduce a la población de Los Llanos de donde salimos.



Así finalizamos la ruta circular de la cima más sagrada de nuestra geografía : Monsacro.














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